Intenté escribir algo que iba más hacia otros ámbitos, dígase ciencia-ficción, terror, recuentos de la vida. Hasta novela rosa, leed, novela rosa, lo más fácil de escribir en la literatura de novela.
Pero al final, después de experimentar en diversos géneros, vuelvo a la fantasía rara. Tu hermano es hombre-perro, te regalan una Manzana del Edén versión tercermundista, el bosque que había tras tu casa es, en realidad, una puerta a otro mundo.
No hay con qué darle. Ante la desorientación, siempre iré a las cosas fantásticas raras.
A ver cómo termina este NaNoWriMo.
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