A los siete años, Iván Dragó es seleccionado en un concurso de invención de juegos entre otros diez mil chicos. A partir de ese momento, su vida cambia por completo: los padres desaparecen en un viaje en globo y él se ve obligado a vivir con su tía hasta que se muda a la ciudad de Zyl con su abuelo, el famoso inventor de juegos Nicolás Dragó. Allí se abrirá para Iván un mundo de aventuras y misterios en el que su propia existencia formará parte de un juego incomprensible.
Autor: Pablo de Santis
Saga: Si
Páginas:222
Editorial: Alfaguara
Año de publicación: 2013
Encuadernación: Tapa blanda
Encontré este libro en la biblioteca, cuando buscaba la segunda parte de un cómic que le daba arte gráfico al arte literario de Neil Gaiman. La película salió el año pasado, filmado en parte en territorio nacional, y pensé que, como era corto, valía la pena darle una oportunidad. Y bien que hice.
-Bienvenido- miró con tristeza la guía (turística) que Iván tenía en la mano -Nunca les creas a las guías. Saben mucho del espacio y poco del tiempo.
En este libro se narra la historia de Iván Dragó, un muchacho que, luego de fallar todos los tiros en un puesto de disparar patos en un parque de diversiones, se lleva de premio consuelo una revista de aventuras, donde lee un anuncio sobre un concurso de inventores de juegos. Luego de pensarlo bien, decide probar suerte con un juego de su invención, pero no recibe noticias sobre si ganó o si alguien más obtuvo el galardón. Como es evidente, su juego ha sido notado por el organizador, y empiezan a sucederse una serie de eventos extraños, en los que Iván actúa sin saber lo que en realidad está pasando.
Pero el premio no era un trofeo dorado, entregado en una ceremonia pública, donde alguien dice un discurso y los demás se duermen. El premio no era un diploma coloreado, con los bordes quemados para imitar un pergamino y el nombre del ganador escrito en letras góticas. El premio no era ni un trofeo ni un diploma ni una medalla sino una catástrofe, y todos los acontecimientos que siguieron a esa catástrofe.
Cuando sus padres desaparecen, queda a cargo de su tía, quien lo envía a un colegio que, literalmente, se está hundiendo en un pozo. Allí se encontrará con un director que prefiere que los alumnos falten porque son tantos que no hay espacio (antes entraban, cuando contaban con los pisos que ahora están bajo tierra), un "archienemigo escolar" con una escolta que luego se le da por la cultura, y una biblioteca medio inundada con libros raros. Aunque, claro está, ninguno de esos libros se compara con los que encontrará luego.
De la escuela pasará a vivir en Zyl, la ciudad de los juegos, donde sabrá quién es y que hacía su abuelo, y se enterará de la existecia de Morodian, el malo de la película (y del libro). La ciudad ahora es poco más que pueblo, con sus días de gloria ya lejanos, y todo porque falta una pieza del rompecabezas. ¿Quién podrá recuperarla? ¡Quien tiene una pieza de rompecabezas tatuada, por supuesto!
-Quiero que llegue entero al día de la venganza- proclamaba ante sus seguidores. Le gustaba la frase hasta tal punto que había convencido a su fiel amigo Gayardo que llevase consigo un violín. Cada vez que él pronunciaba la frase, Gayardo tocaba un acorde de película de suspenso.
De la escuela pasará a vivir en Zyl, la ciudad de los juegos, donde sabrá quién es y que hacía su abuelo, y se enterará de la existecia de Morodian, el malo de la película (y del libro). La ciudad ahora es poco más que pueblo, con sus días de gloria ya lejanos, y todo porque falta una pieza del rompecabezas. ¿Quién podrá recuperarla? ¡Quien tiene una pieza de rompecabezas tatuada, por supuesto!
-Pero el ajedrez no nos da una imagen de la vida real y este juego sí. Con el ajedrez los adultos engañan a los niños haciéndoles creer que todo el mundo iene las mismas oportunidades. Este juego enseña que el que tiene más medios, cuenta con más posibilidades. Ya que no podemos corregir la vida, corrijamos los juegos.
Oh, Monesvol, hay partes en donde pasaba una página y me echaba a reír. No es una historia grandiosa, pero es una buena historia bien contada, con sus muchos aciertos y algún que otro defecto. El balance es muy positivo. Los personajes actúan en un mundo algo peculiar pero no del todo imposible, y con cada págna observamos cómo Iván va por la vida, sin saber qué se mueve tras bambalinas, sin entender del todo qué es esa imagen que de tanto en tanto aparece cuando mira lucha libre.
Es una historia encantadora, simpática, graciosa, imaginativa, que juega con algunos conceptos clásicos de la literatura infanto-juvenil (destaca el acompañamiento musical de Krebs), utilizando algunos tópicos de forma esperable. Este libro está contado en el lenguaje de las historias que recuerdas con cariño, sencillo, un mundo colorido pero no por eso excento de maldad o de desgracia, y que se lee de la misma forma que comes tu postre favorito: en muy pocos y muy sabrosos bocados.
Es una historia encantadora, simpática, graciosa, imaginativa, que juega con algunos conceptos clásicos de la literatura infanto-juvenil (destaca el acompañamiento musical de Krebs), utilizando algunos tópicos de forma esperable. Este libro está contado en el lenguaje de las historias que recuerdas con cariño, sencillo, un mundo colorido pero no por eso excento de maldad o de desgracia, y que se lee de la misma forma que comes tu postre favorito: en muy pocos y muy sabrosos bocados.
Nota final: 9.5/10
0 comentarios:
Publicar un comentario