Reseña: 1Q84 (libro 1), de Haruki Murakami

"En japonés, la letra Q y el número 9 son homófonos, los dos se pronuncian kyü, de manera que 1Q84 es, sin serlo, 1984, una fecha de ecos orwellianos. Esta variación refleja la alteración del mundo que viven los personajes de esta novela: Aomame, instructora de gimnasia, y Tengo, profesor de matemáticas. Pero ambos son más de lo que parecen: la bella Aomame es una asesina; Tengo, un aspirante a escritor al que han encargado la corrección de una enigmática obra"

Oh, Murakami, has logrado romper mi resaca literaria , ésa que comenzó con "Ready player one". curiosa forma de hacerlo, ya que este autor no es intenso de entrada. Envuelve con las historias, como un suave e intenso sabor.

Murakami nos trae una historia que, poco a poco, gana en complejidad, profundidad y relaciones entre los personajes. Hay escenas hermosas, como las dos mujeres bebiendo té en el invernadero de las mariposas, y hay escenas horribles, como cuando se narran las vejaciones que sufrió una niña en una comuna. A veces da la sensación de estar viendo una realidad alterna, incluso antes de darnos cuenta que algo así está pasando: es como una realidad distinta a la distinta realidad que nos plantea el libro.

Los personajes tienen muy buenos motivos para hacer lo que hacen: Aomame ha sufrido pérdidas por tener una familia obsesionada con su religión, y una amiga que amaba demasiado a los demás como para amarse a sí misma como persona con derechos. Y Tengo tampoco tuvo infancia ni vida de la clase que quisiera recordar, así que le huye a las responsabilidades, con un extraño recuerdo de cuando era un bebé.

Los personajes secundarios también son interesantes: Fukaeri es la que mejor está retratada, no tanto por la parte de la historia en la que aparece (la de Tengo), sino por lo que se va entendiendo al conocer la parte de Aomame. La señora con el invernadero de mariposas (en la parte de Aomame) es una de las clases de mujer que me encanta: emprendedora, inteligente, carismática, solidaria, fuera de lo común y con clase.

No sólo los personajes son interesantes, sino que la historia también lo es: poco a poco empezamos a sospechar que una historia enviada a un concurso literario puede ser más autobiográfico de lo que se pensaba, o al menos, quien la ideó tenía a alguien que pasó por algo muy, muy similar al lado. Mientras Tengo se debate en los pros y contras de burlar al mundo y al mercado de la literatura japonesa, Aomame nota que el mundo en el que está no parece ser ése en el que empezó el libro. Decir más al respecto sería develar demasiado, pero lo que sí se puede decir es que es uno de ésos libros que empiezan de una manera y terminan de otra, enredando de forma lenta a quien lo lee. Como algo sutil y poderoso a la vez.

Nota final: 9/10