Solo cuando las voces se apagan el joven monje se atreve a volver la vista atrás para contemplar los restos de lo que había sido su hogar. Temblando, ve cómo el fuego consume la abadía.
A pesar del miedo, no deja de estrechar contra su pecho un preciado códice que había logrado rescatar de las llamas.
Es su mente resuena una terrible frase: el mundo envejece y, por tanto, ha de morir exactamente un milenio después del nacimiento de nuestro Señor...
Es el año 997 de nuestra era, el "finis mundi" está cerca.
Autora: Laura Gallego
Saga: No
Páginas: 334
Editorial: SM
Año de publicación: 2015
Año de edición: 2015
Año de edición: 2015
Encuadernación: Tapa blanda con solapa
Esta es la clase de libro que, más que por su historia, por sus personajes, o por la forma en que está contada, vale como testimonio de cuánto se puede evolucionar. Este fue el primer libro publicado de Gallego, que ganó el premio Barco de Vapor en 1998, y desde entonces no ha dejado de publicar obras infantiles y juveniles, muchas de la cuales han ganado premios o sido superventas (a veces, a la vez).
La diferencia entre este libro, y el último que he leído de la autora (Todas las hadas del reino) me ha mostrado cuánto puede evolucionar una escritora en poco más de quince años. Y, Monesvol, que ha evolucionado.
Es el año 997, y un monje escapa de su monasterio en llamas, con un valioso códice. En él se afirma que, cada mil años, el mundo envejece y debe de morir, a menos que alguien convenza al espíritu del tiempo de que le de a la humanidad otro milenio de plazo. La fecha se acerca y Michel, el monje, intentará detener el fin del mundo.
En su camino se le unirán un juglar, Mattius, la hija de una meiga, Lucía, enemigos y aliados de toda clase, y emprenderán un viaje por media Europa, para buscar los tres Ejes que permitirían invocara espíritu del tiempo... Y, por supuesto, no será fácil.
La novela no destaca tanto por su trama, que no es nueva, ni por la forma en que fue escrita (cuando Gallego tenía poco más de veinte años), sino por su mérito histórico y anecdótico. Si sólo fuese una novela más, nada tendría de especial, pero la autora continuó, y esta fue su primera publicación. En las páginas de este libro veo la clase de errores que toda escritora novata cometerá algún día, y que aprende a pulir con los años. Un primer paso, galardonado con un premio importante, que nos traería a una de las autoras en español vivas más creativas de la actualidad.
A la miércoles la nota, este libro vale por el camino que inició.
La diferencia entre este libro, y el último que he leído de la autora (Todas las hadas del reino) me ha mostrado cuánto puede evolucionar una escritora en poco más de quince años. Y, Monesvol, que ha evolucionado.
Es el año 997, y un monje escapa de su monasterio en llamas, con un valioso códice. En él se afirma que, cada mil años, el mundo envejece y debe de morir, a menos que alguien convenza al espíritu del tiempo de que le de a la humanidad otro milenio de plazo. La fecha se acerca y Michel, el monje, intentará detener el fin del mundo.
En su camino se le unirán un juglar, Mattius, la hija de una meiga, Lucía, enemigos y aliados de toda clase, y emprenderán un viaje por media Europa, para buscar los tres Ejes que permitirían invocara espíritu del tiempo... Y, por supuesto, no será fácil.
La novela no destaca tanto por su trama, que no es nueva, ni por la forma en que fue escrita (cuando Gallego tenía poco más de veinte años), sino por su mérito histórico y anecdótico. Si sólo fuese una novela más, nada tendría de especial, pero la autora continuó, y esta fue su primera publicación. En las páginas de este libro veo la clase de errores que toda escritora novata cometerá algún día, y que aprende a pulir con los años. Un primer paso, galardonado con un premio importante, que nos traería a una de las autoras en español vivas más creativas de la actualidad.
A la miércoles la nota, este libro vale por el camino que inició.
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