Nuevamente ha comenzado el mes más febril de escribientes a nivel mundial. Miles y miles de personas tras el objetivo de escribir 50.000 palabras en un mes, treinta días de escritura frenética donde las ideas bajn del cerebro a las manos y de las manos a palabras que forman oraciones que dan cuerpo a una histora... o no.
Siendo este mi tercer NaNo, arranqué con una idea definida y persoajes armados (más o menos), y cuando empecé a escribir... me di cuenta que a las tres le faltaba un pequeño detalle. Los nombres. Jo-ro-bar. Bueno, no importa. Definir escenario. Dejar ver algo de lo que son, pero no apabullar con las tres. Dos bastan, de momento, sólo que la primera que aparece es la más... poco propensa a que se le acerquen. Y la otra vive en otro mundo. Falta la tercera para que haga de dulce de leche entre las tapitas. Se me antoja un alfajor.
Esta vez empecé después de medianoche, con música de Dramatical Murder de fondo. Hoy (después de acostarme y antes de irme a dormir) iré a por más con banda sonora de Homestuck. O quizás algo de música guaraní, si es que encuentro
El resultado de algonos NaNos ha visto ya la luz: "Trenza" ya es un ebook, la segunda parte está siendo revisada por lectores alfa, y "Tinta china sobre papiro" espera su tapa. Y si bien el universo no se ha dado cuenta aún de mi inmensa genialidad, seguiré escribiendo. Que nadie influyó en la cultura por sentarse a protestar porque no le daban su Nobel de Literatura por haber escrito dos palabras en tercer grado.
Ya está, ya estamos, ya estoy. Arrancando NaNoWriMo 2015 y hasta el final no paro.
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