El protagonista empieza la historia yendo a un internado europeo. Y resulta que tiene un problema de salud que le impide llevar una vida cien por ciento normal. Bueno, eso parecía tener jugo, aunque la forma en que estaba escrito no llamaba mi atención. Empezamos con lo clásico: nuevos compañeros, profesores, clases, aventuras fuera del ideal de pupilo... y me aburía como una ostra.
La historia era como leer la vida de alguien que no me importaba, haciendo cosas que no me importaban, en un ambiente que no me importaba. Cosa extraña, ya que algunos de esos temas no me son repelentes para nada. Le falta algo de sabor, de la clase de sabor que me atrae en un libro. La falta de conexión entre protagonista y lectora se hizo abismal con el correr de las páginas, y decidí que tenía mejores cosas que leer. Ni siquiera llegué a la página sesenta y lo dejé a un lado.
Léelo si te gustan los muchachos europeos en internados con problemas de salud motores. Si no, hay un océano de títulos más interesantes que leer.
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