"Charlie es un niña rubia, de ojos azules, educada y cariñosa. Pero también es piroquinética. Sí, puede encender fuego a distancia, desde inofensivas fogatas hasta hogueras voraces. Y si posee estas capacidades a los siete años, horroriza pensar en sus poderes destructores cuando sea adulta. Aunque, la verdad, tiene pocas probabilidades de llegar a la edad adulta, porque el servicio secreto norteamericano, encargado de realizar investigaciones científicas y paracientíficas para su aplicación militar, ha decidido estudiar a Charlie y luego eliminarla, tal como estudió y eliminó a sus padres después de haberlos utilizado en sus experimentos" - Sudamericana
Debo confesar que Stepheng King ha llegado a hartarme.
Luego de años y años de leer sus libros, ese toque especial que me atraía ha ido disminuyendo poco a poco.
No se trata de algo que le haya sucedido con el tiempo, sino con el mío: después de leer tanto, me he dado cuenta que la lectura me ha dado muchas emociones, y el miedo es el gran ausente. Stephen King no me ha dado miedo con sus libros, ni hoy ni cuando tenía catorce años. Llegué al punto de no querer leer más sus historias, ya que no tenía lo que yo quería.
Y entonces, leí "Ojos de fuego".

Al fin un historia que no está ambientada en uno de esos pueblitos perdidos de Estados Unidos. Como en "La larga marcha" (uno de los libros que más me han gustado de este autor) este libro tiene algo que no parece la clásica línea de lo que escribe King, y eso me gusta. Siento empatía por los personajes. Quiero que se salven, aunque el panorama se ve cada vez más negro y desesperanzador. Detesto a la Tienda, detesto lo que hacen y detesto su regodeo. Odio cómo van acercándose más y más a este padre, desesperado por salvar a su hija de algo de lo que ni ella ni él tienen la culpa. Veo las luchas internas de la Tienda, sus odios, sus deseos, sus mezquindades y algunas razones de por qué han llegado a ser la porquería que son. La Tienda representa una de las peores facetas del país yanqui: tengo poder y lo utilizaré para usarte, hasta que dejes de serme útil o representes un peligro demasiado costoso. Sé un buen siervo y no te torturaremos, rebélate y no obtendrás nada más que dolor.
Si King escribiese más de esta clase de novelas, lo leería más.
Nota final: 8/10
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