Durante este año han sucedido una serie de eventos importantes en mi existencia, lo cual me ha llegado a comenzar, continuar y terminar una novela con una trama que me parecía una locura de principio a fin (¿un ninja y un Naga luchando juntos para salir con vida de un bucle de tiempo? ¡Es una locura! (...) Ma sí, ¿qué puedo perder?). Al día siguiente de terminarla, me entero de un concurso literario en el que podría participar con dicha novela. La decisión fue tan obvia que, de haber creído en mensajes del destino, no hubiese tenido problema en aceptarlo como tal. Y luego comencé otra novela, que quedó a un tercio antes de enterarme de Nanowriwrimo 2013.
Durante este año he tenido tantas ideas, a veces encimadas, que me ha costado decidirme por un orden. Ahora puedo dejar en espera una novela que no me llama tanto como al principio, y comenzar con una que quiero escribir desde hace meses. Será otra trama extraña, más o menos formada, que tratará sobre ser políglota, traducir y los libros raros que te puedes encontrar. Por supuesto que dejo muchos detalles fuera, aunque el final está decidido de forma parcial.
Este año, en el que cumplí veintisiete ciclos de existencia, me dije a mí misma que sería el mejor de toda mi vida, al menos hasta ahora. Comenzó de forma horrible, continuó de forma horrible, y no sé si terminará de mejor manera. Lo que sí tengo ahora es mucho tiempo para escribir, y mejorar otras habilidades. Y eso he hecho. Así que, a partir del primero de noviembre, comenzaré a escribir lo que puede ser, si las causalidades me son favorables, el punto de inflexión de mi existencia.
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