Siendo esta la cuarta Feria del Libro de la ciudad, acudí rauda y veloz, con poco plata pero el corazón esperanzado. Y en esta Feria sí que volví contenta.
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| Mi tessssoro... |
Para empezar, ahora ya no se hace en carpas gigantes en la plaza, sino en las salas de la Costanera, mucho mejo equipadas. Además de ser más secas, duraderas, tener baños (y no de los químicos, sino baños dignos de llamarse así), espacio, amplios ventanales para ver el río, mucha variedad y oferta local, contaba con una cafetería donde estaban productos de la mejor casa de té de la ciudad. Una delicia, en todo sentido.
Recorrí los puestos, en donde se veían dese las clásicas librerías y las bibliotecas locales, asociaciones varias, algún que otro colega de aventuras literarias pasadas y presentes, buscando (y encontrando) algunos tesorillos.
En el puesto de una editora regional, me encontré con varios títulos interesantes, de los cuales, me decidí por uno que lucía interesante. La que atendía el puesto, que también es parte de la editorial, me comentó sobre otros títulos, de los cuales aparté las manos apenas me comentó que era un libro escrito por una persona a los trece años, editada unos años después... Me sonaba demasiado a esto, así que decidí probar las aguas con "Aquelarre", de M. Fernanda Bertonatti y Vanesa O'Toole.
Revolviendo, me encontré con "Bajo las lilas", un libro de Louisa May Alcott del que nunca había oído hablar antes, en una edición de colección de esas que siempre salen al hablar de clásicos en mi país. Ni lo pensé, siquiera, se vino conmigo a casa.
Había visto los carteles de la obra de teatro, pero no sabía que "No seré feliz, pero tengo marido", escrito por Viviana Gómez Thorpe, existía en formato libro. El leer un par de oraciones me hizo sentir tan familiar como espantada por una vida a la que le escapo, y a la cual no tengo intención alguna de darle la mínima oportunidad. Al libro, todas.
Y, después, encontré un par de libros que no conocía, pero que compré en lugar de otro al que no me alcanzaba lo que me quedaba de plata. "Leyenda" de David Lynn Golemon, y "Loto de plata", de Thomas Steinbeck. El primero me resultó interesante por su resumen, y el segundo, si bien se acerca peligrosamente al romance, tiene algo que llamó mi atención.
Fui un día, un solo día, debido a que ahora, además del estudio, trabajo, pero fue un día al que le saqué el jugo. Además de las delicias de la cafetería, pude disfrutar de una Feria como debe ser, sin apretujamientos, con respeto por su público, en una ubicación bellísima, y que ha demostrado que evoluciona, que aprende, que escucha y que quiere ser agradable para quienes disfrutan de los libros.
Aprende, Buenos aires, aprende.
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