viernes, 26 de junio de 2015

Reseña: "Insignia", de S. J. Kincaid - Interesante enfoque con historia a tono

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 Tom Raines es un chico rebelde, itinerante y sin futuro. Abandonado por su madre, lleva una vida sin sentido junto a su padre. Ambos sobreviven gracias a su habilidad para jugar en línea, ganando magras apuestas que apenas alcanzan para subsistir. Pero en una de esas pantallas de realidad virtual, alguien descubre su talento y lo recluta para soñar con la oportunidad de su vida: entrenar en la Aguja Pentagonal -una academia militar de elite-, para integrar las Fuerzas Intrasolares, y así aspirar a ser un ciber-combatiente en la Tercera Guerra Mundial. La Aguja ofrece todo lo que Tom siempre quiso y no pudo tener: amigos, la posibilidad de una novia y una vida donde sus acciones importan. Pero ¿cuál será el costo? ¿A qué debe renunciar para ser un miembro de la Fuerza?

Nueva trilogía, con muy buen comienzo
Título: Insignia




Autora: S. J. Kincaid




Saga: Sí (Saga Insignia)



Páginas: 439



Editorial: V&R
 



Año de publicación: 2014




Encuadernación: Tapa blanda con solapa
 

Empecé este libro con dudas. Luego de Ready Player One, cada novela que cae en mis manos con el tema de las realidades virtuales y adolescentes va a ser comparada con esa novela de Cline, que parecía escrita para mi. El mal talante que tenía parecía tener justificación, pero decidí seguir, y conforme pasaban los capítulos fui de la desconfianza al interés... y de allí a que me gustase. Y mucho.

Tom se volvió lentamente, tratando de contener la risa que subía por su garganta. El tipo ya estaría saboreando sus cincuenta dólares fáciles: había caído muy rápido. En la mayoría de los casinos había uno o dos jugadores que prácticamente vivían en los salones de RV y se sentían dioses, capaces de vencer a cualquier incauto que tuviera la mala suerte de adentrarse en su territorio. A Tom le encantaba el modo en que lo miraban: como si fuera un niñito escuálido y estúpido al que podrían timar fácilmente. Pero más le gustaba ver cómo desaparecían esas sonrisas cuando los hacía puré.

Kinkaid nos trae un futuro en donde las guerras no son libradas por naciones financiadas por empresas, sino directamente por corporaciones. En un planeta donde ya ni siquiera se esconde la esclavitud a la que las dos grandes megacorporaciones someten a la población, nuestro protagonista vive de casino en casino, con un padre conspiranoico que ha perdido  su esposa, su fortuna y casi toda su cordura junto con su habilidad para ganar apuestas, en el día a día de retar a jugadores de realidad virtual por el dinero para alojarse y poder comer.

-No pelearás por nuestro país, Tom –insistió Neil, y al mover la mano un poco de jugo de naranja saltó por encima del borde del vaso– Nuestors militares pelean por conseguir los primeros derechos sobre los minerales extraplanetarios para Nobridis Inc. La alianza ruso-china pelea para conseguirlos para Stronhold Energy. ¡La guerra no es por los países! Las multinacionales usan ejercitos financiados con el dinero de los contribuyentes para librar sus escaramuzas privadas, y engañan al público colgándoes el manto del patriotismo. ¡Esto no es más que una gran plea entre integrantes de la Coalición para ver quién será el CEO más rico del sistema solar!

En una de esas ocasiones, llama la atención de uno de los mandos del ejército de la coalición a la que pertenece su país, y le dan una oportunidad para entrar al ejército. Tom duda, dividido entre la lealtad de su alcohólico padre y el darse cuenta que poco más puede hacer si sigue con él, sabiendo que no podrán vvir siempre así. El resultado es evidente: entra en la Aguja, construida en el centro dle Pentágono, y comienza su educación.

Por un largo rato, Tom no pudo hablar. Las palabras de su padre volvían a él, aunque no quisiera. "¿Sabes cómo tratan los militares a su gente, Tom? La mastican y luego la escupen, así la tratan. Para ellos, eres solo un instrumento más”.

Un instrumento. Una computadora es un instrumento. Él sería un instrumento.
 
Conforme van pasando las páginas, Tom Raines, el protagonista, se encuentra conque su escuela militar no es como la pensaba, casi en todo. La disciplina sigue allí, claro, pero quien lo lleva allí hace honor a la facción en la que se encuentra, y conoce a compañeros de facción, de cuarto, de entrenamiento conforme van pasando los días.

Por supuesto, la coalición opuesta tiene un super guerrero que ha derrotado a esa de la que Tom ahora es parte, y él apunta hacia ese misterioso ser. Medusa, un guerrero tan hábil que nunca ha conocido la derrota, debido a sus habilidades casi milagrosas. Tom desea tener un enfrentamiento con semejante leyenda, y cuando se le cumpla ese deseo, empezará a descubrir que no todo es como pensaba que era, que hay maldad y locura en muchas personas, y que su talento no es suficiente para poder sobrevivir en un mundo despiadado.

Además de una historia interesante, escrita con un poco de lo mejor de novelas anteriores (El juego de Ender, Ready Player One, algo de Harry Potter, etc.) tiene personajes carismáticos. Incluso la menos atractiva de las féminas que ve con regularidad es alguien de quien querría saber más. Tenemos a una muchacha genio, que en el transcurso de la novela crecerá, madurará y dempstrará ser de gran ayuda para todos. A un compañero de cuarto que, además de simpático, es ocurrente y un apoyo para nuestro protagonista. El androide Yuri, un gigantón al que quieres abrazar y felicitar por todo el esfuerzo que hace, en especial dada su situación.

También hay "profesores", o mejor dicho profesionales, tanto civiles como militares, que enseñarán distintas habilidades a los futuros soldados de la coalición. Si bien poseen algunas pinceladas de cosas ya vistas antes, tienen elementos novedosos que me sorprendieron. Los personajes no son eso que esperas en un principio: el protagonista no es lindo ni avispado fuera de los juegos, no es el elegido porque derrotó a un malo maloso cuando era bebé, no es "el hijo de", sino que tiene que labrarse su reputación a fuerza de talento.

Y por supuesto, los malos de la novela. Y qué malos, por Monesvol.

En determinaod momento, se puede ver un cambio en Tom, y para quien lo lea sabrá bien cuál es. Fue ese capítulo el que me convenció que Kinkaid ha leído esas novelas, ha visto lo que tanto atrae, y lo ha adaptado de una forma agradable de leer, que hace que continues la lectura y devores el libro. La forma en que contrasta el "Tom antes de" y el "Tom después de" es escalofriante, en especial porque sabemos lo que está en juego.

Y cuando pensábamos que eso era lo peor que podría pasar, sucede lo otro, en donde Tom tiene que poner en la balanza a sus nuevos amigos o a sí mismo. La entereza o la cabezaduría lo lleva a la batalla final, en donde se descubre algo que podría sospecharse, pero que se confirma de forma definitiva. Un final que me gustó, mostrando el inicio de un mundo terrible e interesante a la vez.

Continuaré con la saga con ansias.

Nota final: 9/10

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