En formato libro, claro, porque los primeros videojuegos son una maravilla y la mar de entretenidos, además de tener una historia interesante y horas y horas de enganche. Así que cuando vi que en la biblioteca habían traido la saga completa, pedí prestado el segundo libro, a ver si seguía como el primero.
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| Un dolor de lectura por lo MALO |
Treinta páginas de forzarme a continuar después, me di cuenta que no valía la pena.
Bowden no sabe cómo narrar de forma amena, eso o han interferido para hacer de este y el primer libro algo que cuesta, hayas jugado al videojuego o no. Ni ambientación ni palabras adecuadas, sólo X es X y gracias. Jugar al videojuego es divertido, pero leer esto me dejó un sabor de papel de lija después de forzarme a tragar treinta de sus páginas. Sí, así de malo es.
No entiendo cómo es posible que se hayan esmerado tanto en el arte de tapa, en el glosario, en narrar los eventos del videojugo... Y hacerlo tan desagradable de leer. Quizás Bowden (o Anton Gill, su nombre real, o sus otros seudónimos, Antony Cutler o Ray Evans) deteste la saga y lo hace así a prpósito, o carece de las habilidades necesarias (lo cual dudo, ya que es novelista e historiador del Renacimiento), o le han presionado tanto que salió así, o así le indicaron que debía salir, sin darle rienda a su creatividad. El amor y el conocimiento de Bowden por sus estudios no son suficientes para hacer esta novela siquiera salvable. Y eso que el autor lleva 35 (sí, treinta y cinco) libros publicados.
De todos modos, el resultado no cambia. Malo por la escritura, malo por cómo desperdicia el material en el que se basa, mala lectura y peor compra.
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