Reseña: Madame Bovary, de Gustave Flaubert

Situado en la confluencia del romanticismo y el naturalismo, posee del primero el sentido del color y de la forma, el arte de manejar las palabras como sonidos e imágenes; del naturalismo, que prenunció, la objetividad, el respeto a la verdad de los hechos, un afán heroico y no siempre logrado de que su yo quedara fuera de la escritura.A tal espíritu corresponde Madame Bovary (1857), pieza maestra de la literatura novelesca francesa del siglo XIX, cuya vigencia no ha sufrido mella, como lo demuestran sus constantes reediciones y sus adaptaciones tanto teatrales como cinematográficas

Hay lectoras apasionadas y hay escritoras apasionadas. También hay lectoras obsesionadas, como bien lo ha demostrado la oleada de chillonas e irracionales criaturas que aparecieron

después de "Crepúsculo". Este libro demuestra que las hubo antes, y de qué forma.

Emma, una jovencita soñadora, se casa con Carlos Bovary, un hombre poco destacable, y pronto se encuentra conque la realidad dista mucho de lo que leyó en los libros románticos. Intenta buscar eso de lo que había leído, sin lograrlo, y eso empieza a hacer mella en su carácter. Encuentra amantes, se aprovechan de ella, la abandonan con excusas, juegan con ella... La pobre muchacha no tarde en dejar de lado su dulce carácter soñador, comete errores graves que se van acumulando, hasta que al final... no hay final feliz.

Es refrescante leer algo escrito hace mucho, pro con un tema que puede adaptarse sin problemas al mundo actual. Si bien ahora no sólo los libros causan obsesión, el ver cómo va afectando la existencia de cada uno de los personajes es muy interesante. Hay quien se aprovecha de la desgracia ajena, quien chantajea, quien muere, quien abandona, quien aconseja y quien sale ganando, por supuesto, no es Emma. Ella tropieza una y otra vez con la misma piedra, hasta el final del libro, cuyo desenlace no revelaré, salvo para afirmar que no es feliz.

Nota final: 7.75/10