sábado, 11 de mayo de 2013

Trofeos de la Feria

9:58 Posted by Unknown , No comments
Luego de un viaje caótico, donde abundó la música de cuarteto de los conductores del colectivo (ugh), el caos del tránsito vehicular porteño, y un par de retrasos que hicieron que obviásemos la visita al Museo del Bicentenario, ¡logramos llegar a la Feria!
"Libros como puentes"

Y allí comenzó mi cacería.

Luego de preguntar por la lista publicada antes (y otros más, alrededor de veinticinco libros) me enteré que sólo seis estaban más o menos disponibles (el único libro de Pratchett que tenían era "Hombres de armas", que había comprado hace casi un año). Y a por ellos fui, sin mirar las facturas y revisando mesas de descatalogados, saldos y ofertas, además de los puestos clásicos.

Uno, tres, cuatro y cinco
Fue entones que encontré algunas cosillas que no había visto hasta el día de la fecha: libros que me había olvidad que podría llegar a conseguir por el clásico método de comprarlos en un sitio que no fuese una librería. En la Feria no sólo hay editoriales y librerías, sino comiquerías, por ejemplo, y algún que otro puesto  friki. En otras palabras, una maravilla de Feria.

Uno de esas cosas fueron cuatro libros de Haruhi Suzumiya. En el apuro, me traje los primeros cinco libros, menos el segundo, pero en ese momento no me fijé, y al llegar no me importó demasiado, ya le echaré las garras encima. Leí el primero el año pasado, gracias a una amiga, y me gustó tanto, que apenas los ví en el puesto de la comiquería, tomé los cuatro y me los llevé directamente a la caja.

¡Gracias, Sandra!
Gracias a Sandra, una amiga con la que nos encontramos después de diez años de correos electrónicos, videochat y chat clásico, me encontré con el puesto de una editorial cuyos libros tenían unas ilustraciones
hermosas. Allí me reencontré con Arsenio Lupin, el cual había conocido gracias a una bibliotecaria cuando yo era adolescente y sufría la secundaria. Estos dos libros eran tan nuevos, que no sólo olían a papel recién cortado, sino que algunas páginas demostraban que ese libro no había sido abierto hasta mi llegada.

Además de eso, me llevé dos señaladores con el arte de tapa y una ilustración en el interior del libro.

Vi un libro con los cuentos de los hermanos Grimm, y al ir a pagar, me di cuenta que mi lista había
desaparecido. La lista en donde llevaba todos los libros a buscar, algunas frases de mis colegas de viaje, y una lista de indicaciones de las actividades. Buscarla fue inútil; se me había caído en algún lugar de la enorme Feria, y no la encontré. Al menos, ya tenía los cinco libros que pude hallar de la lista.

Al libro lo compré por los recuerdos de las edulcoradas versiones de los cuentos que me contaban los libros infantiles y las películas de Disney. Ahora que ya he pasado la infancia, es hora de leer los cuentos originales, sin censura y con las partes sangrientas que omiten en las versiones para niños.
Tesoros encontrados... y comprados

Los tres libros que logré obtener en la feria fueron los siguientes:

  • "Incarceron" de Catherine Fisher.
  • "1Q84" de Murakami.
  • "Virus letal, el comienzo" de James Dashner.


Pratchett no estaba disponible en castellano, "Paprika" de Yasutaka Tsutsui fue un aviso falso y el resto no estaba. A la pesca en otras aguas, entonces.

0 comentarios:

Publicar un comentario