Libros + videojuegos: el sutil arte de las ideas

Mi contacto con los videojuegos se dio años después que mi contacto con los libros. No tenía consola, y sólo a mis once años tuvimos computadora en casa, una con sistema operativo con entorno gráfico (Windows 95, recuerdo). Mis videojuegos favoritos eran ésos que se podían jugar en la PC, más que nada, emulando otras plataformas (incluso arcades).

Si bien no juego, ni he jugado, muchos videojuegos, sí he leído muchísimos libros. Es por eso que, en algunos casos, he encontrado libros que parecen tener un videojuego, y viceversa. Y no hablo de las adaptaciones de uno a otro formato, sino de esas ternas que comparten la misma idea. El espíritu, la filosofía, eso que te hace pensar que una fue algo derivado de la otra. La primera de ellas es la que sigue:

Myst

Esta aventura gráfica, que contaba con un escenario increíble para la época, distaba mucho de ser como las demás de su género. Para empezar, no había inventario: si querías tomar, por ejemplo, una página azul, la llevabas en la mano. Si tomabas otra cosa, la página azul volvía a su sitio anterior, y allí tendrías que ir a buscarla. Además, no había peleas, era en primera persona (y jamás se mencionaba ni tu nombre ni tu sexo), y la historia era uno de sus puntos más fuertes.

Llegas a una isla sin saber quién eres, y al entrar a un edificio con una biblioteca, dos libros en pedestales te llaman. El libro azul y el libro rojo han perdido páginas, y sus ocupantes (dos hermanos, uno en cada libro) te piden que las encuentres todas. Te advertirán sobre el otro, pidiéndote que no les lleves páginas, y así será durante todo el juego. Encontrarás acertijos, un paisaje hermoso, y portales a otros mundos, dentro de libros, escritos en la clase de idiomas con las que se crean mundos. Tú decides a quién darle la última página, y tu decisión llevará a uno de los cuatro finales posibles.

Para mí, fue una joya. Se han hecho secuelas de ese primer videojuego, y si bien sólo he jugado el primero, me ha dejado con ganas de mucho, mucho más. Era un videojuego extraño, distinto, original, con unos gráficos maravillosos y una historia muy buena.

Fue por eso que, al leer el siguiente libro, encontré muchísimas similitudes.

La invención de Morel

Libro corto, que se lee en una o dos tardes, te eriza la piel y te deja pensando. Un preso fugado llega a una isla perdida en el medio del océano, y se encuentra conque está habitada. O lo estaba. Poco a poco,

Tesoros de la Feria del Libro

descubre que lo que allí habitan no son ni personas ni fantasmas, sino algo completamente novedoso para la época. Este libro se adelantó décadas a la tecnología que podría hacer realidad lo que allí se narra, aunque fuese en parte.

Este libro me dejó la sensación de haber conocido algo similar, y fue entonces cuando tropecé con Myst. Leer el libro y jugar el videojuego al mismo tiempo fue como probar una delicia celestial en el medio de un paisaje soñado. Es, para quien ha leído y ama las letras, lo más similar a un éxtasis.

La historia de amor imposible, la idea tras todo el texto, la forma en que el narrador cuenta cómo descubre todo, y lo que hace en consecuencia, hacen que esta sea, sin duda, un libro perfecto. No le he encontrado falla alguna. Es uno de esos tesoros de la literatura argentina que enorgullecen las bibliotecas.

Myst es, además, uno de los poquísimos videojuegos que han hecho posible que se crease no sólo un libro, sino una saga de libros (trilogía, hasta ahora). Los libros de Myst (de Atrus, de Ti´ana y de D´ni) amplían la cultura y la historia del pueblo D´ni, mostrándonos cómo fue la existencia de algunos personajes de los videojuegos (y algunos otros). Fue un extraño placer el leer un libro basado en un videojuego que me impresionó como poquísimas cosas en mi existencia.

En la introducción del videojuego de Myst, se nos dice lo siguiente, que está presente al final del primer libro de la saga:

"En el momento, cuando caí en la Fisura, me dí cuenta que el Libro no iba a ser destruido  como había supuesto, sino que seguiría cayendo por las dimensiones estrelladas, de las que sólo pude ver un poquito. Traté de determinar dónde iba a caer el Libro, pero, naturalmente, tales conjeturas son vanas. Pero igualmente, el pensar que algún día desconocidos pudieran encontrarlo, me resulta sumamente preocupante. Mis temores quizás nunca lleguen a ser completamente disipados, y cierro reconociendo que el final aún no fue escrito."

Si puedes leer algunos de estos libros, o jugar al videojuego, hazlo. Son un manjar para la vista y la imaginación.