No es la primera vez que leía esta novela, pero sí la primera vez que la leía de forma que pudiese entender varias de las capas que posee este libro.
Escrita de forma epistolar, compuesta por relatos en cartas, diarios, noticias y desgrabaciones, narra una historia emocionante, de un joven entusiasmado por su primer gran encargo (con viaje a exóticas tierras incluido), que poco a poco se va tornando siniestro. El pasaje de feliz invitado a cauteloso cautivo es gradual, deslizándose como seda entre los dedos, y al final se da cuenta que está atado con hilos de acero a lo que pensaba que era un hombre y resultó ser una criatura monstruosa.
Luego, la acción se traslada a Londres, donde se reúne el resto de la banda de humanos que luchan contra el vampiro: médicos, abogados, valientes doncellas y un Londres que es un mundo de diferencia con la Transilvania de la que proviene una criatura centenaria.
Cada página está escrita con una pasión que desborda temor, más que nada a la sexualidad femenina, fascinación, el retrato de una época que ya no existe y la lucha entre un antiguo ser y la ciencia moderna. Indispensable.
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