"Tiene un sistema mágico genial", decían sobre este libro. Y la historia parecía ser interesante, debo admitir. Pero entonces está el protagonista, que es tan insoportable que
da asco. Sí, asco.El nivel de detalle hace que quieras echarte a dormir de aburrimiento. El autor escribe las onomatopeyas de una lona ondeando al viento, de un relincho, la ubicación de las camas cucheta, madera y madera y madera... Paja para relleno.
El protagonista se comporta como un pendejo, denigrando a las mujeres, comentando sobre sus pechos o curvas y asumiendo que un coqueteo implica que quieren meterse en sus pantalones, relacionando el pago en una posada con el derecho a tener sexo con una de las trabajadoras de la mencionada posada. En la novela se llega a decir que una mujer que no es sumisa, que cuestiona eso que "los hombres son superiores y pretender otra cosa es el mal" es una mujer que odia a los hombres. Feminismo a full. El sistema de"selección y clasificación" tiene toda la pinta de una distopia que parece utopía a primera vista, un gobierno teológico donde o encajas, pruebas encajar, o te echan. Y si te mueres, pues es tu culpa por no serlo que debes. Casi como con la homosexualidad y ciertas religiones, y al protagonista se lo escribe para que no queden dudas de su heterosexualidad.
Alrededor de la página 140 dejé de leer. Para este grado de misoginia, voy a leer los comentarios en una nota sobre la violación y el asesinato de una chica, y las mil y una variantes de "ella tuvo la culpa".
Por algo esto estaba de saldo. No desperdiciaré mi limitado tiempo de vida leyendo más de este autor ni de sus porquerías.
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